Tarta de higos sin gluten. Gluten free fresh fig cake.

Y como lo prometido es deuda… aquí está la respuesta a la foto misteriosa del facebook. Algunos de vosotr@s sí que adivinásteis de qué era la foto de la tarta que colgamos en facebook pero pensabais que llevaba mermelada…

Es una tarta de higos, ideal para celíacos ya que no contiene gluten porque hemos sustituido la harina de trigo por harina de arroz. No le hemos puesto mermelada porque nos resultaba demasiado empalagosa ya que los higos ya son dulces por sí mismos, pero quien sea muy laminero puede decorarla cubriéndola de mermelada de higos que seguro que también está buenísima.

Ingredientes (para 8 personas)

•  Para la masa (para un molde tipo quiche): 300 gr de harina de arroz, 150 gr de mantequilla, 80 gr de azúcar, una pizca de sal, 1 huevo y 2 yemas de huevo.
•  Para el relleno: 650 gr de higos, 1 limón, 1 dl de leche, 40 gr de harina de arroz, 2 cucharadas de oporto blanco, sal, 200 gr de azúcar.

Para preparar el relleno pelamos 400 gr de higos, mezclamos la pulpa con la leche y reservamos.

Lavamos bien el limón y rallamos la piel. Mezclamos la ralladura de la piel del limón con 100 gr de azúcar y la harina de arroz. Cocemos la crema que resulta a fuego suave durante unos cinco minutos y la dejamos enfriar removiendo de vez en cuando.

Para preparar la masa de la base de la tarta, podéis ver cómo se hace aquí, en la entrada de Masa para tartaletas.

Extendemos la masa sobre el molde y recortamos el borde sobrante. Horneamos la masa a 180º durante unos 20 minutos y la dejamos enfriar.

Lavamos los 250 gr de higos que nos habían sobrado, los pelamos y los cortamos a trozos medianos. Ahora mezclamos los trocitos de higos con la crema que habíamos obtenido antes, y vertemos el relleno dentro de la masa.

Diluimos 100 gr de azúcar en el oporto mientras lo vamos calentando a fuego lento durante 5 minutos aproximadamente (hasta que veamos que el azúcar está diluido por completo) para obtener el almíbar con el que pintaremos la superficie de la tarta.

Lo metemos en la nevera y dejamos enfriar la tarta un mínimo de 10 horas. Os aconsejamos hacer la tarta el día de antes de consumirla y mantenerla en la nevera hasta el momento de servirla, ya que así potenciaremos su sabor y el relleno estará más firme.