Hace poco cayó en mis manos este libro, “El libro de la ciudad silvestre. Un montón de cosas que hacer en la ciudad y en el pueblo”, publicado por Ediciones Rodeno, enseguida me llamó la atención por su título y la portada con sus colores tan vivos.
Lo cierto es que cuando lo abrí no me decepcionó ni lo más mínimo, al contrario, me quedé gratamente sorprendida. Jo Schofield y Fiona Danks, sus autores, nos sugieren 66 proyectos para descubrir la naturaleza incluso viviendo en la ciudad.
En muchas ocasiones pensamos que solamente podemos disfrutar de los animales, las plantas, los árboles… de la naturaleza en plena montaña, pero no es así, a partir de los juegos, actividades artísticas, manualidades e ideas que nos sugieren en La ciudad silvestre, podremos descubrir todos esos espacios verdes que podemos encontrar en los rincones naturales de la ciudad, y lo mejor de todo es que no sólo reducen estos rincones a los parques.
Para ello las autoras nos dicen que sólo necesitamos una mochila con:
- Cuerda, rafia, lana, alambre fino y gomas elásticas
- Cinta de carrocero, cinta de doble cara, cola blanca y tijeras
- Pinceles viejos y esponjas
- Una lupa y una caja para insectos
- Un botiquín básico
- Arcilla o plastilina.
Cada una de las actividades está clasificada según su dificultad y los riesgos que entraña mediante hojitas verdes:
- Una hoja: pueden realizarla solos.
- Dos hojas: Algunas cosas difíciles. Pueden necesitar la ayuda de un adulto.
- Tres hojas: Requieren la supervisión de un adulto.
«El libro de la ciudad silvestre» está repleto de fotografías que muestran cómo llevar a cabo las actividades y los juegos propuestos.
Además, nos proponen actividades sobre las siguientes temáticas: descubrir la flora y la fauna en la ciudad, creaciones silvestres, mundos imaginarios, cuentacuentos y música, celebraciones y festivales, juegos, senderos y calles libres. Nosotros fuimos a buscar nuevas especies gracias al libro, de flora y de fauna, y mirad lo que descubrimos, esta preciosa mariposa posada en el asfalto que luego voló hasta la planta.
Al final del libro nos facilitan unos consejos de seguridad generales y cómo llevar a cabo estas actividades sin dejar rastro, lo cual, me parece muy importante para no alterar el hábitat de los seres vivos ni el medio ambiente.
Nosotros estamos aprovechando las vacaciones para poner en práctica algunas de las actividades que sugieren en el libro, una de las que hemos hecho es un mundo natural en miniatura (clasificación de una hoja). Consiste en crear un hábitat imaginario lleno de flora y fauna en miniatura que tenga sol, plantas, animales… además de un lugar donde los animales puedan refugiarse o anidar. Éste es el hábitat que han construido mis hijos, lo han hecho ellos solos y la verdad es que les ha gustado mucho (hasta han puesto caracoles).
Os aconsejo este libro si vivís en una ciudad y también si vivís en un pueblo porque propone actividades muy ingeniosas para que los niños disfruten al aire libre en todas las estaciones. Yo no diría que es un libro para niños pequeños, sino para padres o niños de a partir de 8 o 9 años que ya pueden leer y llevar a cabo las actividades propuestas todos juntos, en familia.
Si queréis haceros con uno de estos libros, sólo tenéis que hacer click en este enlace.
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