Chao Pico ¡Hasta siempre amigo! Paloma Parejo

Dos años antes de que naciesen los niños adoptamos dos gatitos que tenían apenas dos semanas del trabajo de mi marido, una gata callejera había tenido una camada y los iban a envenenar porque molestaban mucho. Así son algunas personas, tienen un «problema» y lo solucionan, da igual si es un gato, un perro, una persona o un objeto… Hace un año y poco uno de ellos enfermó, tenía diabetes, teníamos que pincharle 3 veces al día y no iba a mejor, era complicado controlar su comida especial con otro gato en casa y su medicación, de modo que decidimos dar en adopción a los gatos. A su hermano se lo quedó una familia de un pueblo cercano a Valencia y el otro, el que tenía diabetes, lo dimos a un conocido que lo llevó a una granja escuela. Nosotros no podíamos ocuparnos como Dios manda de los gatos trabajando y con 3 niños y el gato necesitaba una atención que nosotros no podíamos darle, así que decidimos facilitarles una segunda familia donde poder estar atendidos y ser felices a pesar de lo que nos dolía separarnos de ellos. Pero mis hijos no lo llevaron tan bien, hablamos con ellos cuando tomamos la decisión, se despidieron de ellos con tiempo, estuvieron delante cuando se llevaron a los gatos… pero a mi hijo el mayor le afectó especialmente, él es muy sensible y no entendió porqué los gatos tenían que tener otra familia y no podía volver a verles.

¿Qué hacer cuando una mascota se escapa, se pierde, se muere o simplemente ya no está? Las pérdidas, sean del tipo que sean, son duras. Son difíciles de digerir, de asumir y no siempre te dejan seguir adelante. Tal vez, si hubiésemos tenido un cuento como «Chao Pico¡Hasta siempre amigo!» que os voy a enseñar, mi hijo hubiera llevado mejor la separación de su gato.

Pico es un pájaro, la mascota de Jaime, su gran amigo. Es especial, tal vez son sus plumas coloridas o sus ojos, pero lo cierto es que Pico llena de alegría la casa de Jaime y viceversa.

Jaime cuida mucho a Pico, le da bolitas de miel cubiertas de chocolate porque son sus favoritas y Pico para agradecérselo baila aleteando para Jaime. Pero una tarde cuando Jaime llegó a casa se encontró con que Pico no estaba, sólo había un mensaje dentro de su casita.

La madre de Jaime ayudó a leer la carta que Pico había dejado en la que le explicaba que había llegado la hora de irse pero le pedía que guardase algo que cuando lo viese, le recordase a él, una pluma de color azul.

Un detalle que me ha gustado mucho es la figura de la madre que, sin hacer nada más que leer la nota de Pico (y digo yo que escribirla), acompaña al niño en su pérdida, sin intervenir demasiado, pero estando presente, para cuando él la necesita… ¡qué importante acompañar!¡qué importante es la familia!

Las ilustraciones están realizadas con lápices de colores, acuarelas y distintas técnicas. Con uno trazos muy cercanos a los niños de manera que se sienten muy cercanos al ver las imágenes que hablan por sí solas.

Chao Pico es un cuento de Panapa, escrito por Paloma Parejo e ilustrado por su hermana Ana que propone diversas herramientas para acompañar a los niños en el duelo por una mascota. Es un cuento sencillo, corto y conciso que te deja con buen sabor de boca a pesar del mensaje que transmite y que ayuda a los niños a interiorizar la pérdida de su mascota o de un animal cercano centrándose en los recuerdos bonitos, no en el dolor de la pérdida.

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