Hace un par de años conocí a Mar Romera en un congreso de educación. Me llegó al alma cómo transmitía su emoción y su vocación por la educación, cómo transmitía lo que sabía, el sentimiento que le ponía a lo que decía. Porque educar, es sentimiento, no es una mera transmisión de conocimientos. Cuando nos ponemos delante de una persona para enseñarle algo, nos ponemos con toda nuestras capacidades, nuestras competencias y nuestro corazón.
Hace poco que se publicó el libro «Educar con 3 ces: capacidades, competencias y corazón», escrito por Mar Romera y publicado por ITKBooks.
En este libro la autora nos propone un modelo para que, desde el centro, se pueda diseñar el proyecto educativo sobre el conocimiento de diversas investigaciones educativas, tanto actuales como clásicas, y teniendo en cuenta la Convención Internacional de los Derechos del Niño.
No es un libro para padres, sino para centros educativos. Para que los docentes tengan una guía con la que diseñar programaciones para cualquier etapa del sistema educativo, para cualquier nivel y cualquier asignatura o constructo cultural objeto de aprendizaje sin perder de vista la autonomía pedagógica de cada centro y facilitando la creatividad, el emprendimiento, la innovación , la cooperación… del profesorado para asumir la función docente desde el crecimiento global y el aprendizaje compartido.
La Educación solo es educación cuando posee auténticos valores, aquellos que despiertan en los niños y niñas la sensibilidad y los hace partícipes de los grandes sentimientos humanos. La escuela está pensada para compensar lo que no se da de manera natural y esa es la propuesta del modelo «Educar con 3 ces», el respeto por la persona y por su potencial.
Haciendo uso de la inteligencia, la planificación, determinación, creatividad, fidelidad, confianza, amistad y otras virtudes, se puede llegar a conseguir la escuela con la que todos soñamos, una escuela donde se eduque desde el corazón a los niños, los protagonistas del aprendizaje, sin perder de vista sus capacidades y destrezas, para que lleguen a dar lo mejor de sí mismos y se conviertan en adultos íntegramente formados.
El equipo directivo tiene un papel fundamental ya que puede guiar, orientar, ayudar y motivar al equipo docente, pero todos en la escuela tienen capacidad de decisión y poder para resolver los problemas que vayan surgiendo.
Mar Romera hace un repaso partiendo del contexto que nos rodea, marcando los objetivos que necesitamos alcanzar para crear la escuela con la que soñamos, revisando brevemente las líneas de actuación pedagógica y desarrollando un modelo de programación que puede adaptarse a todas las escuelas que quieran llevarlo a cabo, incluso, adaptándolo a las competencias que tienen que adquirir los niños y brindándonos las bases para poder trabajar como equipos docentes para construir entre todos el centro de educación que queramos.
Sin duda el modelo que presenta la autora es un proyecto innovador, flexible, basado en la extensa experiencia trabajando con los diferentes centros educativos con los que colabora y que ofrece la posibilidad de adaptarse a todos los centros docentes independientemente del ideario o los objetivos que tenga pero sin perder de vista nunca lo más importante en todo este proceso, los niños. Os recomiendo que leáis si tenéis oportunidad este libro porque, como docentes de cualquier etapa, aportará muchas ideas a vuestro día a día.
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1 comentarios en
Rufo Mariano Luján De La Torre 27 junio, 2024 2:56 pm
Los maestros necesitamos transitar por la era de las personas, lo que implica mucho cariño, paciencia y amor.
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