Cuando eres madre, todo cambia, tus objetivos, tu escala de valores, tus prioridades… se recoloca todo en nuestro interior y en nuestra mente, al menos para mí, la maternidad ha supuesto el mayor punto de inflexión de mi vida. Cuando te conviertes en madre o padre, te planteas cómo educarás a tus hijos, cómo te comportarás, cómo se comportarán ellos… pero lo cierto es que no hay nada establecido porque cada persona es diferente y las circunstancias varían.
Cuando nacieron mis hijos mayores pensamos que la mejor manera de educarlos y criarlos era como lo habían hecho con nosotros nuestros padres (teniendo en cuenta algunos aspectos que sabíamos de base que queríamos modificar o eliminar) ¡Tampoco habíamos salido tan mal nosotros! Pero al poco de nacer, nos dimos cuenta de lo equivocados que estábamos y que, definitivamente, no queríamos ese tipo de crianza y educación para nuestros hijos, habíamos cometido un error.
En Disciplina Positiva consideramos que los errores son una oportunidad para aprender y crecer. Hace tres años conocí a Cristina Sanz cuando asistí a un taller de Disciplina Positiva para familias, después asistí a varias charlas suyas dirigidas tanto a familias como maestros, le conté a mi marido todo lo que había aprendido y nos compramos el libro «Cómo educar con firmeza y cariño» de Jane Elsen, lo leímos los dos y comenzamos aplicar la Disciplina Positiva en casa.
Desde hace tres años, estamos aplicando la Disciplina Positiva en nuestra familia, pero quería contaros que este fin de semana me he certificado como Facilitadora y Educadora de Disciplina Positiva para familias por la Positive Discipline Association y, dentro de una semana, haré la certificación para el aula. Estoy muy feliz, de hecho, ayer me hicieron una entrevista en la radio donde estuve hablando, entre otras cosas, de Disciplina Positiva y, muchas personas me han dicho que se me ve feliz y radiante en la foto que subí a instagram y facebook, pero, no es por la entrevista de la radio en sí, sino por el fin de semana tan intenso y maravilloso que he tenido la oportunidad de vivir junto a Cristina Sanz y Gina Graham (mis entrenadoras), Miriam y 36 personas más en el taller de certificación de Disciplina Positiva (DP).
Ha sido un fin de semana maravilloso, donde he afianzado mis conocimientos de Disciplina Positiva, he solventado algunas dudas que tenía, he vivido con una intensidad agotadora el proceso y se me han removido por dentro ¡tantos sentimientos y emociones! En estos tres años que llevamos aplicando la DP en casa, hemos cometido errores mi marido y yo, nos hemos desmoronado en muchas ocasiones… pero lo realmente importante es que no hemos desistido, hemos confiado en que, aunque es un proceso largo, sabemos que dará sus frutos aunque algunos ya podemos observarlos y vivirlos, tanto en nuestras personas como en las de nuestros hijos.
La Disciplina Positiva nos ayuda a calzarnos los zapatos de nuestros hijos para poder comprenderles mejor, es como una semilla que plantas y sabes que, con el tiempo, crecerá y dará lugar a una plantita que se convertirá en un árbol grande y frondoso. Un proceso de autoconocimiento y cambio personal en un primer momento, que nos proporciona a los padres y madres herramientas para ayudar a los niños a desarrollar las habilidades sociales necesarias para su vida de manera respetuosa, amable, firme y no punitiva.
La Disciplina Positiva nos ha cambiado tanto a nosotros y a la relación con nuestros hijos, que me gustaría facilitar a otras familias herramientas con las que poder relacionarse con sus hijos sin castigos ni premios, de manera respetuosa, amable y firme al mismo tiempo (suena complicado pero no lo es 😉 ) así que voy a reorientar un poco mi camino y voy a aprovechar las vacaciones para preparar los talleres presenciales de Disciplina Positiva y cursos online de Disciplina Positiva que voy a comenzar facilitar dentro de poco.
Además, estamos preparando la web para poder ofrecer otros cursos online dentro de poco tiempo relacionados con la crianza y la educación que creo que os van a gustar.
Bueno, espero leeros y veros pronto por aquí y conseguir acercaros un poquito más a esa gran familia, a esa filosofía de vida que nos ha cambiado tanto y nos hace tan felices que es la Disciplina Positiva.
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4 comentarios en
Sònia 14 junio, 2017 2:09 pm
Enhorabuena!!! Ojalá nos encontremos un día en un curso… Con muchas ganas de iniciarme en la DP
Un beso
Patri 16 junio, 2017 12:01 pm
¡Ay! ojalá nos conozcamos, la Disciplina positiva es una gran familia y la verdad es que te sientes fenomenal compartiendo con personas que educan y piensan como tú 🙂 Cuando conozcas más la DP te enganchará, es super bonito, duro al principio, pero un proceso bonito
Laura 16 junio, 2017 9:09 am
Como me gusta este post. Yo estoy tb como tu estabas en educacion es muy dificil yo ahora con un bebe de 7 meses y otra de 3 años se me hace muy cuesta arriba sobre todo con la mayor intento educarla sin castigos y sin chantajes. Es muy duro encima con una hermana pequeña que le ha quitado parte de atención y en plena época de rabietas hay veces que me sobre pasa y coo tu dices hemos cometido muchos errores y pienso que alguno no puedo enmendar. Muchas gracias por tu post
Patri 16 junio, 2017 12:05 pm
Hola Laura
Todos los errores se pueden enmendar, de verdad que sí, sólo es necesario reconocerlos, ser conscientes de ellos e intentar modificarlos. No lo conseguirás a la primera probablemente, la DP no es una varita mágica que hace cambiar las cosas a la primera, pero sí que a largo plazo, todo cambia a mejor y los errores se enmiendan.
Mis hijos tienen edades parecidas a los tuyos, un bebé de 11 meses y mellizos de 4 años recién cumplidos, sé lo que es pasar por una etapa difícil con las rabietas y la falta de atención que sienten y que sientes como madre (que no llegamos muchas veces a todo lo que nos gustaría), pero hay que ser conscientes, estar en el «aquí y ahora» y vivir el momento lo mejor posible.
Es un proceso que nos remueve y cambia, pero también cambia a los de nuestro alrededor, creo que merece la pena. ¡Animo!
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