Waldorf en nuestro día a día

Hay muchas cosas que me gustan de la Pedagogía Waldorf como el colorido de sus juguetes, sus cuentos y canciones, la fantasía…

En casa tenemos desde hace tiempo varias cosas Waldorf que van alegrando nuestros días. Cuando mis hijos cumplieron un año, les llegó por correo un precioso regalo, estas Hadas Waldorf, una para cada uno. Les encantó la sorpresa y desde ese día las tenemos colgadas en el dormitorio en las puertas de los armarios, y todos los días las vemos al acostarnos y levantarnos, nos guardan el sueño como el Ángel de la Guarda.

Estas haditas están elaboradas artesanalmente con lana 100% de merino peinada y teñida con tintes naturales.
Están muy presentes en la pedagogía Waldorf,en sus cuentos y narraciones y fueron creadas por Aguamarina del blog De mi casa al mundo, ¡mil gracias porque nos encantan!

 

 

 

También tenemos el Arco Iris Waldorf grande (aunque hay cuatro tipos, el pequeño, el mediano, el grande y el doble), que nos da mil posibilidades de juego inimaginables. Mis peques se lo pasan genial tumbándose debajo, pasando por debajo, haciendo puentes, utilizándolo como barca, medidor de tamaño… fantasía al poder. Es un juguete realizado con madera de arce de bosques sostenibles y pintado con tintes naturales. Potencia la imaginación y favorece la motricidad fina y la coordinación óculo- manual.

En el blog El aula de los soles, Vanesa ha preparado unas tarjetas para que los peques jueguen con el arcoiris, pero mis hijos todavía no las utilizan, ahora mismo están desbordados con todas las posibilidades que ofrece en sí el arcoiris.

 

 

Este verano nos hemos animado y hemos hecho unas varas de viento o cometas de mano Waldorf. Las hemos hecho con unas anillas de madera de las cortinas y les hemos atado unas cintas de raso. Estas varitas ayudan a mejorar la motricidad gruesa y la creatividad.

Compré cintas de los colores del arcoiris y algunas más, todas ellas dobles porque mis hijos todavía no entienden qué es compartir, de dos metros de largo cada una. Luego he atado las cintas a las anillas y… a jugar, no puede ser más sencillo y más divertido. Mis hijos las han comparado con los colores de las flores, de los árboles, de todo lo que se iban encontrando por el jardín, han aprendido qué es el viento cuando las cintas y las hojas de los árboles se han movido al unísono… precioso.

 

Y finalmente… uno de los aspectos que más nos gustan de la Pedagogía Waldorf… sus cuentos y narraciones. Recientemente compramos estos dos libros, y son preciosos, además, vienen con recomendaciones de a qué edad leer cada cuento y cómo hacerlo, son taaaan bonitos, me recuerdan a algunos cuentos de cuando era pequeña.

Son cuentos cortitos y con mucho ritmo recopilados de varios paises que se leen en las Escuelas Waldorf.