Como ya os he dicho otras veces, mis hijos son muy artísticos, y un medio fantástico para expresarse y desarrollar su creatividad es por medio de la pintura. Esta receta de pintura es fantástica porque es comestible y además ¡dulce! aunque al mezclarla con la maizena, no conserva toda la dulzor de la leche condensada.
Debo decir que nos han salido unos colores muy bonitos, así que las pequeñas obras de arte resultantes han sido muy coloridas y divertidas.
Ingredientes
- 1 bote grande de leche condensada
- 4 cucharadas soperas de maizena
- colorantes alimenticios
Colocamos la leche condensada en un cazo, la calentamos a fuego medio y vamos añadiendo la maizena poco a poco. Removemos hasta que se mezcle bien y no queden grumos.
Luego repartimos esta mezcla en los recipientes correspondientes, tantos como colores queramos crear. Añadimos unas gotas de colorante alimenticio, removemos bien y… ¡a disfrutar!
Nosotros esta vez hemos pintado con los dedos, con pinceles, con rollos de papel higiénico cortados por la mitad (salen unos círculos preciosos) y con pompones y pinzas. Lo de los pompones les ha encantado, los pompones se cogen con las pinzas, van mojando y pintando, y además sin darse cuenta van practicando la motricidad.
Os sugiero dejar el momento artístico para antes del baño a ser posible, ya que los peques, al menos los míos suelen acabar pintándose el uno al otro o a sí mismos. Es un poco pegajosa, pero se limpia fácilmente y no deja mancha.
Si queréis conocer otras recetas de pintura de dedos comestible y casera, leed este post y si os gusta, compartidlo.
! Deja tu comentario